Una estrategia básica es crear rutinas para las transiciones cotidianas. Rutinas para cosas como prepararse para ir a la escuela, comenzar a hacer la tarea y la hora de irse a acostar pueden ser útiles para niños de todas las edades. Los avisos previos y las cuentas regresivas también pueden hacer una gran diferencia. Cada mañana, diles cómo va a ser el día. Luego avísales antes de cada transición cuánto tiempo falta y qué es lo que tendrán que hacer.
¿Cómo podemos ayudar a los niños con las transiciones?
Con el apoyo adecuado, los niños pueden aprender a cambiar de actividad sin lloriqueos y berrinches.
Expertos clínicos: Dave Anderson, PhD , Michael Rosenthal, PhD , Matthew H. Rouse, PhD, MSW , Caroline Mendel, PsyD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Cómo pueden ayudar los padres cuando los niños tienen problemas con las transiciones?
- ¿Qué herramientas pueden facilitar las transiciones a los niños?
Lectura rápida
Cuando llega el momento de alguna transición, muchos niños se quejan, las postergan o hacen un berrinche. Pero hay maneras en que los padres pueden ayudar a los niños a aceptar las transiciones sin escándalos. Estas estrategias son especialmente útiles para niños con TDAH, ansiedad, autismo o problemas del procesamiento sensorial.
Una estrategia básica es la creación de rutinas para las transiciones de todos los días. Las rutinas para cosas como prepararse para ir a la escuela, empezar a hacer las tareas y la hora de ir a la cama pueden ser útiles para niños de todas las edades.
Los avisos previos y las cuentas regresivas también pueden hacer una gran diferencia. Todas las mañanas, diles qué es lo que va a pasar durante el día. Luego, avísales antes de cada transición cuánto tiempo falta y qué es lo que tendrán que hacer. Puedes decir, por ejemplo: “En 20 minutos tienes que terminar de desayunar para salir hacia la escuela”. Luego, repite el aviso cuando falten 10 minutos para la transición y una vez más cuando falten 5 minutos.
También podrías asignarle a cada transición su propia banda sonora. Esto funciona muy bien para los niños más pequeños. ¡No es casual que la canción “clean up” se escuche en todos los preescolares del país! Algunos niños también se pueden beneficiar de las señales visuales, como un diagrama con imágenes que muestra lo que ocurre en cada transición.
Al ayudar a los niños con las transiciones, es importante captar primero su atención. Puedes tratar de establecer contacto visual, sentarte a su lado, colocar una mano en su hombro o incluso pedirles que repitan lo que dijiste.
Cuando tu hijo realice bien una transición, felicítalo. También le puedes dar una pequeña recompensa como una calcomanía o pegatina, un chocolate o un punto adicional para obtener un juguete nuevo. Una vez que logren hacer la transición con facilidad, puedes ir eliminando gradualmente las recompensas. Cuando no lo hacen tan bien, suele ser mejor prestarle menos atención a tu hijo y centrarte en los momentos en los que sí transita bien de una actividad a la otra.
Muchos niños tienen problemas con las transiciones, que son los desencadenantes comunes de comportamientos que van desde molestos (argumentar, retrasar) hasta perturbadores (berrinches y crisis).
Hay muchas maneras en que padres y maestros pueden ayudar a facilitar las transiciones para los niños (y lograr que se porten mejor), pero puede que requiera un poco de experimentación para averiguar qué funciona con cada niño en particular.
Algunas de estas ideas para facilitar las transiciones son útiles para todo tipo de niños. Pero en el caso de niños con TDAH, ansiedad, autismo o problemas del procesamiento sensorial, este tipo de andamiaje es particularmente significativo, y puede hacer la diferencia entre un día bueno y otro malo. Con el tiempo, contribuye a pavimentar el camino hacia el éxito.
Crear rutinas: Si un niño “se niega a hacer una transición porque le gusta la consistencia, la rutina y la estructura —dice Michael Rosenthal, PhD, neuropsicólogo clínico— entonces incorpora consistencia, rutina y estructura al proceso de transición”.
En el caso de las transiciones que suceden todos los días, como apagar el teléfono para ir a la cama, una rutina constante puede tener grandes beneficios. Una rutina para acostarse, por ejemplo, podría parecer que es algo para bebés, pero tener una estructura predecible establecida puede ser tranquilizante y útil incluso para niños mayores (¡y hasta para las personas adultas!).
Avisos y cuenta regresiva: Junto con las rutinas, son fundamentales los avisos y cuentas regresivas. Por la mañana, podrías establecer cómo será el día. El Dr. Rosenthal sugiere hacer un juego de roles en el que practicas ir pasando de una actividad a otra para que tus hijos “se involucren en el proceso”.
Después, antes de cada transición, dales un tiempo y una descripción de lo que sucederá, e inicia la cuenta regresiva (en 20 minutos será momento de terminar el desayuno e irnos a la escuela, luego en 10 y después en 5 ). Esto “les permite prepararse emocionalmente para un evento”, explica el Dr. Rosenthal.
Ponle música: En particular para los niños más pequeños, las canciones pueden ser herramientas especialmente eficaces para ayudar a implementar rutinas y facilitar las transiciones. No por casualidad se escucha la canción “clean up” en los preescolares de todo el país. Pero hay innumerables otras canciones que puedes encontrar (¡y también crear!) que se adapten a una variedad de situaciones, desde atar los cordones de los zapatos hasta lavarse los dientes.
Indicaciones visuales: Hay niños que se podrían beneficiar de las señales visuales. Señalar una imagen que describe con imágenes qué esperar de una transición particular o los pasos involucrados puede ser de enorme ayuda para algunas personas. Este tipo de imágenes son comunes en las aulas de los primeros grados, pero también se pueden adaptar fácilmente para usarlos en casa.
Captar su atención: Para niños con TDAH en particular, dice Matthew Rouse, PhD, psicólogo clínico, es importante conectar con los niños para asegurarte de que tienes su atención y que la información está siendo captada. Esto podría significar establecer contacto visual, sentarte a su lado, colocar una mano en su hombro o pedirles que repitan lo que dijiste. Gritarles desde el otro lado de la habitación y asumir que lo entendieron simplemente no funcionará y provocará frustración a ambas partes.
Usar recompensas: Rouse señala que las recompensas pueden ser una herramienta eficaz para todo tipo de niños y problemas. Pueden ser cosas como calcomanías o pegatinas, algún dulce o un sistema de puntos que les permita obtener otras recompensas tangibles. Las escuelas y los padres en casa pueden implementar sistemas de recompensa por su cuenta, y una vez que las transiciones dejan de ser un problema se pueden ir eliminando gradualmente.
Aplicar las consecuencias apropiadas: Si una transición no va bien, lo que recomienda Dave Anderson, PhD, psicólogo clínico del Child Mind Institute, es prestarle menos atención, en vez de escalar la situación.
“No pongas tu atención ahí, mientras al menos se estén esforzando por hacer la transición o estén cerca de hacerla”, dice. “Si realmente se están portando mal, entonces usa una consecuencia apropiada para ese comportamiento que les deje claro que el comportamiento está fuera de los límites”.
Elogiar la buena transición: Por último, el Dr. Rouse anima a los padres a reconocer cuando las cosas van bien. “A pesar de todas las veces que las cosas han salido mal —dice— probablemente ha habido muchas más veces en las que han salido bien. Nos pierdas esas oportunidades de ser realmente entusiasta y decir que esto fue genial, que fue tan fácil, que me encantó que entregaras el iPad de inmediato y empezaras a cepillarte los dientes, y que gracias a eso ahora tenemos más tiempo para leer”.
Especifica qué es lo que estás elogiado, y si consideras que es apropiado, dales una recompensa. Con el apoyo adecuado, los niños pueden aprender a cambiar de actividad sin argumentar y sin berrinches.
Preguntas frecuentes
Para ayudar a los niños con las transiciones, es clave captar su atención. Puedes tratar de hacer contacto visual, sentarte a su lado, poner tu mano sobre su hombro o incluso pedirles que te repitan lo que les dijiste. También le podrías asignar una música especial a cada transición. Esto funciona realmente muy bien con niños pequeños.
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