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Cómo obtener tecnología de asistencia para tu hijo en la escuela

Te guiamos en el proceso, de principio a fin.

Escrito por: Gia Miller

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Si tu hijo tiene dificultades para seguir el ritmo en clase debido a una serie de desafíos o discapacidades, la tecnología de asistencia puede ayudar. Con la tecnología de asistencia adecuada, tu hijo puede aprender y participar en las actividades del aula de una manera que le funcione mejor. Esta tecnología le ayudará a seguir participando en el aprendizaje y le facilitará seguir el ritmo de sus compañeros.

“Cuando los niños tienen una discapacidad, requieren más tiempo para hacer ciertas cosas”, explica Mark Surabian, director de ATHelp (en inglés), un programa de tecnología de asistencia en el JCC de Manhattan y el ATTrain, que ofrece capacitación en tecnología de asistencia. “No significa que no puedan hacer algo: solo significa que tardarán más tiempo que sus compañeros en hacerlo. El tiempo es su discapacidad, el tiempo es su enemigo. Así que la tecnología de asistencia reduce esa limitación de tiempo. Les permite hacer más cosas, demostrar mejor lo que saben y comprender mejor lo que están aprendiendo y más rápido que antes.”

¿A qué edad pueden los niños comenzar a utilizar la tecnología de asistencia?

Según Surabian, un niño debería empezar a utilizar tecnología de asistencia tan pronto como empiece a tener dificultades en cualquier área del desarrollo. Esto puede ser tan temprano como en el preescolar.

“Ningún niño debería “toparse con un muro” cuando existe una forma de que siga aprendiendo”, dice Surabian. Con la tecnología de asistencia, pueden seguir aprendiendo y centrarse en lo que pueden hacer, en lugar de en aquello que no pueden hacer. “Cuando los niños no se pueden desempeñar a su máxima capacidad , pueden llegar a un punto en el que deciden que odian la escuela y creen que sus maestros no los entienden”, explica. “Uno de los mayores retos para cualquier niño con una discapacidad es la ansiedad y la frustración de ser diferente a sus compañeros. Ese estigma, junto con lo difícil que es hacer su trabajo, puede hacer que desistan”.

La tecnología de asistencia puede ser de baja o de alta tecnología. Mucha de la tecnología de asistencia para los niños pequeños entra en la categoría de baja tecnología. Por ejemplo, si un niño en edad preescolar tiene dificultades con la motricidad fina, como subir el cierre de un pantalón, algo que puede facilitar el agarre con sus manos pequeñas es colocar algo como un clip en el deslizador del cierre. Del mismo modo, a los niños que tienen dificultades para organizarse y seguir una rutina les puede resultar útil un cuadro con imágenes que muestre su rutina matutina o una lista con fotografías de los artículos que deben meter en su mochila. La tecnología de asistencia puede ser incluso tan sencilla como utilizar unos auriculares con cancelación de ruido cuando llega la hora de hacer la tarea o llevar un juguete silencioso a clase que les ayude a mantener la concentración.  

Pero algunos niños también se pueden beneficiar de las opciones de alta tecnología. Durante la etapa preescolar, estas pueden incluir apps que pueden hablar por los niños, programas que enseñan el alfabeto o a contar, libros interactivos que mantienen su atención y mucho más.

“La tecnología de asistencia presenta caminos alternativos a la educación, lo cual es algo profundo de entender para un niño pequeño”, dice Surabian. “Cuando un niño aprende que puede utilizar la tecnología para algo que es difícil, aprende que hay más de una manera de hacer las cosas. Entonces, si la manera típica de hacer algo no les sale bien, pueden acceder inmediatamente a un conjunto alternativo de habilidades.”

Obtener una evaluación para tecnología de asistencia

Si tu hijo tiene dificultades en el aula, su maestro o un terapeuta podrían recomendar una evaluación para obtener tecnología de asistencia. Pero si no lo hacen, tú la puedes solicitar. La tecnología de asistencia para los niños con discapacidades está cubierta por la legislación federal dentro de La Ley de Rehabilitación de 1973 (en inglés), la cual garantiza a todos los estudiantes una “educación pública gratuita y apropiada” (FAPE). Pero los niños no necesitan tener un Programa de Educación Individualizado (IEP) o un plan 504 para recibir tecnología de asistencia. En cualquier caso, es una buena idea conocer lo que existe y lo que tu hijo puede necesitar antes de solicitar la evaluación.

“En primer lugar, define los obstáculos y desafíos reales que le impiden a tu hijo realizar la tarea”, recomienda Surabian. “A continuación, imagina qué tipos de herramientas le podrían ayudar. Luego, busca esas herramientas”.

Por ejemplo, si tu hijo tiene dificultad para entender lo que lee, pero tiene una excelente capacidad de comprensión verbal, entonces una herramienta que le lea una historia mientras va siguiendo el texto podría ser una gran ayuda. Por lo tanto, yo buscaría programas de conversión de texto a voz y me informaría sobre las diferentes opciones disponibles. Después, puedes solicitar una evaluación y explicar lo que has aprendido de la investigación y lo que crees que tu hijo podría necesitar.

Cómo funciona una evaluación

“Lo primero que hace un evaluador es recopilar información de contexto al hablar con todas las personas que pueda o que recomiende el distrito”, explica la terapeuta del habla y el lenguaje Alexa Brigante, quien es especialista en tecnología de asistencia. “Queremos saber a qué se enfrenta el niño, cómo se manifiestan las dificultades, si recibe otros servicios relacionados y cuáles son sus gustos y aversiones. A menudo, una aversión es algo que resulta difícil o desafiante para el estudiante”.

“Luego observamos al estudiante en el aula, como si fuéramos una mosca en la pared”, explica Brigante. El evaluador debe observar todas las asignaturas, incluso si inicialmente parece que el estudiante solo tiene dificultades en un área. A través del proceso de evaluación, se puede descubrir que las dificultades de escritura del estudiante son las que hacen que se retrase en matemáticas, porque es demasiado difícil para él escribir los problemas de lógica. O que sus déficits de organización le dificultan seguir el ritmo o acceder a los documentos que necesita de manera oportuna, por lo que, incluso cuando conoce la información, no tiene tiempo suficiente para completar su trabajo.

“Queremos observar lo que el estudiante hace y lo que no hace, y lo que hacen sus compañeros”, dice Brigante. “Una gran cuestión con esta tecnología es que podría hacer que los niños se sientan o parezcan ‘diferentes’. Dependiendo del niño, y dependiendo de la edad, eso podría ser una verdadera desventaja de la tecnología de asistencia. Por lo tanto, queremos implementar cosas que los niños quieran utilizar, al observar la naturaleza del aula y cómo es. También revisamos muestras de su trabajo. Toda esta información nos ayuda a desarrollar un plan de acción sobre los tipos de tecnología que debemos probar cuando nos reunimos con cada estudiante.”

Después de que el niño pruebe varias tecnologías, los evaluadores revisan qué le gustó y luego escriben un informe que incluye los datos recopilados, sus observaciones y recomendaciones sobre tecnología de asistencia.

Seleccionar la mejor tecnología y recibir capacitación para aprender a usarla

Una vez realizado el informe, te reunirás con el equipo educativo de tu hijo y acordarán el tipo de tecnología de asistencia que le brindarán.

“Durante la reunión, asegúrate de discutir los detalles de cómo se implementará la tecnología y solucionar los problemas que puedan surgir”, dice la terapeuta ocupacional Lindsey Biel, de Sensory Processing Challenges (en inglés). “Pregunta quién le enseñará a tu hijo a utilizar la tecnología. ¿Qué ocurre si el dispositivo se rompe? ¿Existe un plan de respaldo?”.

Recuerda que el propósito de la tecnología de asistencia es ahorrarle tiempo a tu hijo, así que piensa en lo que necesitará para utilizarla correctamente y asegúrate de que cada pieza de tecnología no añada más trabajo (ni sume más tiempo) a su día. Cuanto más difícil sea el uso de una pieza tecnológica, menos probable será que tu hijo la utilice. Por ejemplo, aunque tu hijo pueda sacar una foto de su hoja de ejercicios de matemáticas, se necesita tiempo para colocar el papel en el escritorio, abrir la cámara u otra aplicación apropiada, sacar la foto, guardar la imagen e importarla a la aplicación o al programa que necesita utilizar.

Lo ideal es que tu hijo reciba todas sus tareas en el formato que mejor le funcione. Además, las debería recibir al mismo tiempo que sus compañeros de clase. Por lo tanto, si tu hijo necesita utilizar una tableta o una computadora para hacer su trabajo, el maestro debería proporcionarle la copia digital de la hoja de ejercicio por email o a través de una unidad compartida para que pueda acceder a ella fácilmente, sin tener que realizar varios pasos adicionales. Si no es posible que el maestro de tu hijo participe, reúnete con él y con el asesor para pensar en opciones que permitan a tu hijo acceder a la tecnología que necesita, sin que le suponga demasiado tiempo o dificultad. Por ejemplo, tal vez los maestros le proporcionen todas las hojas de ejercicios con un día de antelación para que pueda fotografiar y cargar los documentos en casa cada noche antes de que los necesite en clase al día siguiente.

“Se necesita mucha capacitación que tiene que ocurrir”, dice Brigante. “Hay que formar al niño y a todo el equipo, compuesto por la familia, el personal de la escuela y cualquiera que trabaje con el niño en la realización de las tareas en el aula o en la casa. Todos deben entender cómo utilizar estas herramientas para poder apoyar al niño de la mejor manera posible.”

La capacitación del niño puede requerir varias visitas, dependiendo de la cantidad de tecnología que reciba. Una vez completada la formación, el asesor de tecnología de asistencia debe visitarlos regularmente para asegurarse de que tu hijo entiende y utiliza correctamente la tecnología. Si no está utilizando una herramienta, el asesor debe determinar si se debe a que la tecnología no satisface las necesidades del estudiante, a que no entiende cómo utilizarla correctamente o a que simplemente no le gusta. Incluso meses después de la evaluación, el asesor puede cambiar una herramienta por otra que funcione mejor para el estudiante.

Al comienzo de cada nuevo año escolar, el evaluador de tecnología de asistencia debe visitar a tu hijo para asegurarse de que su tecnología sigue funcionando para él. Si esto no ocurre automáticamente, tienes que solicitar una actualización, a través del departamento de servicios especiales de la escuela o directamente con el evaluador. A menudo es una buena idea esperar unas semanas para que tu hijo y el evaluador tengan una mejor comprensión de qué funcionará y qué no en sus nuevas clases. A medida que los niños progresan académicamente, necesitarán también herramientas nuevas o adicionales para hacer frente a las mayores exigencias educativas.

La tecnología de asistencia aumentará la confianza y la capacidad rápidamente

“El progreso debería verse con bastante rapidez”, dice Brigante. “Porque, esencialmente, la tecnología de asistencia es una forma de resolver un problema. Poco a poco, siempre se debería ver algún éxito”.

Si quieres ayudar a tu hijo antes de que reciba tecnología de asistencia, puedes empezar a probar y aplicar algunas de las herramientas gratuitas disponibles. “La tecnología de asistencia está en todas las herramientas digitales que tú usas, y yo animo a los padres a que las exploren”, dice Surabian. “Muchas están disponibles a través de los programas de Microsoft, los dispositivos de Apple y Google (en inglés). Solo con revisar esos tres sitios web te sorprenderás: es suficiente para que los padres se pongan en marcha”.

La última revisión de este artículo se realizó en 26 de junio de 2025.

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