Hay diferentes razones por las que los niños podrían decir cosas malas sobre sí mismos (diálogo interno negativo). Tal vez tienen altas expectativas sobre sí mismos o quizá están siendo víctimas de bullying y han empezado a creer en lo que les dice el acosador. Otros lo hacen porque les cuesta recuperarse cuando les pasa algo malo.
Cómo ayudar a los niños que son demasiado duros con ellos mismos
Estrategias para ayudar a niños autocríticos que tienden a hablar mal de sí mismos.
Expertos clínicos: Rachel Busman, PsyD, ABPP , Emma C. Woodward, PhD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Por qué los niños podrían decir cosas malas sobre sí mismos?
- ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a los niños que son demasiado exigentes consigo mismos?
Lectura rápida
Todos los niños dicen cosas malas sobre sí mismos de vez en cuando. Pero si su voz interior sigue repitiendo cosas malas, puede tener un efecto negativo en ellos.
Los niños que tienen altas expectativas pueden tender a mantener un diálogo interno negativo. En el caso de niños mayores, decir cosas como “soy tan estúpido” o “estoy tan gorda” puede ser una forma de protegerse de la presión social. Es posible que digan cosas malas sobre sí mismos antes de que lo haga alguien más. Y los niños que son víctimas de bullying pueden empezar a creer las cosas malas que otros niños dicen sobre ellos, y empezar a decirlas también.
Aunque hay niños que podrían hacer esto como una manera de llamar la atención, otros lo hacen porque no saben cómo sobreponerse cuando les ocurre algo malo. También es posible que no quieran intentar hacer cosas nuevas o difíciles.
Los padres deberían tomar en serio el diálogo interno negativo cuando se convierte en algo frecuente y causa problemas en la escuela o con las amistades. Presta atención también si tus hijos dejan de comer o dormir bien, o se quejan con frecuencia de dolores físicos y no quieren ir a la escuela. Esto podría indicar depresión.
Como padre o madre puedes ayudar. Realmente escucha a tus hijos, y muéstrales que te importa cómo se sienten. Trata de no expresar demasiado optimismo cuando te comuniquen alguna inquietud. Y si te descubres hablándote a ti con negatividad, corrígete. Por ejemplo, si quemas algo que estás cocinando y dices: “Soy una pésima cocinera”, corrígelo. Di: “En realidad soy bastante buena cocinera. Todo el mundo comete errores”. Consulta también a los maestros de tus hijos.
Si tus hijos siguen diciendo cosas malas sobre sí mismos, parecen deprimidos o tienen otros cambios en su comportamiento, es buena idea hablar con un profesional de la salud mental.
Oigo a los niños decir cosas negativas sobre ellos mismos todo el tiempo: “¡Soy tan estúpido!”. “A nadie le caigo bien”. Y por supuesto: “Estoy gorda” o “soy feo”. A veces esos comentarios son una especie de anzuelos en busca de consuelo. Pueden ser inofensivos. Pero lo que los expertos llaman diálogo interno negativo también puede reflejar una tendencia poco saludable en los niños a pensar lo peor de sí mismos, y eso puede conducir a (o ser señal de) algo más serio.
¿Qué es el diálogo interno?
El diálogo interno es esencialmente nuestro monólogo interior, explica Rachel Busman, PsyD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. Puede ser una manera de narrar lo que está sucediendo a nuestro alrededor, de practicar el lenguaje y de guiarnos a nosotros mismos a través de una tarea.
Si bien el diálogo interno suele ser constructivo, también puede ser lo contrario. Todos nos comportamos de forma autocrítica de vez en cuando, y no es motivo de preocupación urgente. Pero es útil analizar por qué tus hijos podrían estar hablando mal de sí mismos, y cuándo podría ser reflejo de un problema.
Generalizaciones
Los niños suelen hacer declaraciones acerca de sí mismos que reflejan un pensamiento de “todo o nada”, explica Lisa Brown, PsyD, psicóloga que ejerce en la práctica privada y en la Rodeph Sholom Day School en Nueva York. Esto ocurre por ejemplo cuando a un niño no le va bien en un juego de fútbol y dice: “¡Soy pésimo para el fútbol!”. Si este tipo de pensamiento persiste, dice, “puede afectar la forma en que los niños piensan y sienten sobre sí mismos de manera general”.
Perfeccionismo
“Los niños que se fijan altos estándares imposibles de alcanzar —dice la Dra. Brown— tienden a mantener diálogos internos negativos”. Estos perfeccionistas pueden ser tan duros con ellos mismos que se agotan intentando alcanzar sus metas.
Demasiado “cool” para la escuela
A veces, las frases autocríticas como “voy a reprobar ese examen” o “estoy tan gordo” pueden ser una forma de protección social. Para los niños mayores en particular, “la esfera social se vuelve realmente importante”, dice la Dra. Busman. En ciertos círculos sociales ser inteligente puede no ser considerado algo popular o “cool”, y la obsesión por las apariencias puede ser una forma de encajar con niños populares. O tal vez lo que está intentando un niño es hacer declaraciones negativas acerca de sí mismo antes de que lo haga alguien más.
Llamar la atención
“A veces —dice la Dra. Brown— los niños pueden tener diálogos internos negativos en voz alta, en un intento por manipular a otros o en un esfuerzo por llamar la atención”. Por ejemplo, una niña podría tratar de hacer sentir mal a sus padres al decir que es una niña horrible que merece ser castigada.
Falta de resiliencia
En algunos casos, el pensamiento autocrítico puede ser un indicador de falta de resiliencia o “determinación”, como la llaman algunos psicólogos. “Si los niños responden regularmente a las decepciones con un diálogo interno negativo desproporcionado en relación con las decepciones específicas —dice la Dra. Brown— esto puede llevarles a evitar ciertas experiencias, así como a una falta de motivación para hacer frente a las dificultades”.
Acoso o bullying
Si un niño está siendo víctima de bullying, puede ser que fácilmente empiece a internalizar los insultos que recibe. Shawna Palomo, madre de una niña de 17 años, dice que el diálogo interno negativo de su hija comenzó cuando tenía 13 años. “Se burlaban de ella“, recuerda Shawna. “Después de un tiempo, empezó a creer todas las cosas malas que sus compañeros estaban diciendo sobre ella. Siempre decía lo fea que era”. Su hija se quejaba de que sus labios y su nariz eran demasiado grandes, su pelo demasiado rizado. “Es difícil ver a tu hija luchar contra esos demonios”, lamenta Shawna.
Cuándo preocuparse
Cuando el diálogo interno negativo ocurre de manera aislada, es algo natural y no es motivo de preocupación. Pero también puede ser muestra de baja autoestima, una discapacidad de aprendizaje, ansiedad o depresión. La Dra. Busman menciona algunas señales a las cuales prestar atención:
- El diálogo interno negativo es persistente y generalizado.
- No se basa en la realidad. Por ejemplo, invitan a tu hijo a una cita de juegos, pero aún así dice que no le cae bien a nadie. O, aunque tu hija siempre obtiene la calificación más alta en los exámenes de ortografía, sigue ansiosa pensando que va a reprobar.
- Está afectando sus relaciones o su trabajo escolar.
- Los hábitos de alimentación y/o sueño de tus hijos han cambiado.
- Dicen de manera persistente frases vagas como “no me siento bien”, sin presentar síntomas físicos.
Shawna notó muchas de estas señales en su hija a medida que su diálogo interno negativo la iba conduciendo hacia la depresión. “A ella no le importaba su apariencia, luego pasó al otro extremo en el que su apariencia era lo único que le importaba. No hacía su tarea, bajó de peso y quería permanecer en la cama todo el día”.
Qué pueden hacer los padres para ayudar
Estas son algunas maneras de liberar a los niños de pensamientos negativos y alejarlos del diálogo interno destructivo:
Escucha y valida. Puede ser tentador ignorar a un niño cuando expresa por primera vez sentimientos negativos, pero la Dra. Busman dice que ella “recomendaría que este tipo de comentarios nunca sean ignorados, aunque sean un poco tontos o no estén basados en la realidad”. En vez de eso, ofrece a tus hijos un espacio seguro donde puedan plantearte sus preocupaciones, e intenta averiguar qué está pasando.
Ofrece un enfoque realista. Tanto la Dra. Busman como la Dra. Brown aconsejan no luchar contra el diálogo interno negativo con un “pensamiento positivo” excesivamente optimista, y recomiendan en cambio un enfoque más realista. En este sentido, si una niña dice que está segura de que nadie le hablará en su primer día en una nueva escuela, trata de no decirle: “El primer día de escuela va a ser genial y vas a hacer un millón amistades nuevas”. En vez de eso le podrías decir: “El primer día de escuela puede dar un poco de miedo, pero a medida que te sientas más cómoda, seguramente harás amigas y te va a encantar”.
Pon las cosas en contexto. La Dra. Brown señala que las personas adultas pueden ayudar a los niños a que “pongan en contexto su experiencia” y tengan una “perspectiva más amplia”. Ayúdales a identificar específicamente lo que les molesta, explica Brown, o lo que les llevó a hacer una declaración autocrítica, así como a reconocer que una mala experiencia no equivale a no tener talento en algo.
Da el ejemplo con un diálogo interno realista y positivo. También trata de dejar de decir cosas autocríticas sobre ti. No te enfoques en los errores que has cometido, ni expreses preocupación por tu peso en voz alta. Queremos ser ejemplos de autoestima positiva para nuestros hijos. La Dra. Busman también sugiere contar historias de tu propia vida para identificarte con tus hijos. “Ya sea que se trate de un ejemplo adornado o totalmente basado en los hechos —dice— les estás sirviendo de modelo para aprender a lidiar con las situaciones, sin ansiedad y con un diálogo interno más realista”.
Admite y corrige tu error. La Dra. Brown también destaca que verse atrapados en medio de una declaración negativa puede servir para crear un momento de aprendizaje valioso. Digamos que quemas algo y gritas de frustración: “¡Soy una pésima cocinera!” Continúa la conversación delante de tus hijos con algo como: “De hecho, soy una buena cocinera la mayor parte del tiempo, acabo de echar a perder este plato pero no voy a dejar que eso me impida cocinar en el futuro”.
Mantén contacto con la escuela. Si tus hijos están en la escuela, pregúntale a sus maestros acerca de lo que has estado escuchando. Conocer su perspectiva te puede ayudar a tener una imagen más completa. La Dra. Busman señala que este tipo de información también puede ser útil más adelante si terminas decidiendo solicitar una evaluación profesional.
Busca ayuda profesional. Si el comportamiento es persistente y afecta negativamente la vida de tus hijos, o si está vinculado a otros cambios preocupantes en su estado de ánimo y comportamiento, podría ser el momento de obtener una evaluación diagnóstica para ayudar a determinar lo que está causando el problema. La Dra. Busman llama a esto un “chequeo de salud mental”, y puede ayudar a determinar qué está pasando y cómo se puede tratar.
Preguntas frecuentes
Los padres se deberían preocupar cuando el diálogo interno negativo es excesivo o empieza a causar problemas en la escuela o con las amistades. Observa también si tu hijo deja de comer, duerme mal o se queja de que se siente mal y no quiere ir a la escuela. Esto podría indicar un estado depresivo.
En sí mismo, el diálogo interno negativo es natural y no debería ser motivo de preocupación. Sin embargo, también podría ser señal de baja autoestima, de alguna discapacidad del aprendizaje o de ansiedad o depresión. Si el comportamiento es persistente o si está asociado con algún otro cambio problemático en su estado de ánimo o conducta, podría ser momento de buscar ayuda.
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