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Cómo prepararse para la universidad tanto emocional como académicamente

Las habilidades para la resolución de problemas pueden evitar que los estudiantes se abrumen.

Escrito por: Juliann Garey

Expertos clínicos: Lindsey Giller, PsyD , Lindsay Macchia, PhD

in English

La colegiatura no es la única cosa que está subiendo incesantemente en los campus universitarios de Estados Unidos. En los últimos años, varios estudios han demostrado que hay un aumento significativo en los problemas de salud mental en las universidades, y los servicios psicológicos en estas universidades reportan que están saturados con estudiantes que buscan ayuda (en inglés).

¿Por qué se producirá tanta angustia emocional, especialmente durante el primer año fuera de casa? Todo, desde la presión académica, hasta la sobreprotección de algunos padres y un involucramiento excesivo en las redes sociales han sido señalados como culpables de este aumento en la depresión y la ansiedad.

Lo que está claro es que los adolescentes que transitan de la high school a la universidad, no solamente necesitan habilidades académicas para tener buenas calificaciones (y habilidades de manejo del tiempo para mantenerse a flote), sino que también necesitan habilidades de resolución de problemas emocionales para poder lidiar con estos desafíos. Como padres, no podemos vigilarlos en su dormitorio del primer año universitario, pero sí podemos ofrecerles un kit de habilidades y hábitos que puedan empezar a utilizar cuando sientan angustia o agobio antes de irse de la casa.

“Lo que vemos es que muchos niños pasan muy bien por la middle y la high school, pero cuando se van a la universidad se les hace demasiado difícil”, dice Lindsay Giller, PsyD, psicóloga clínica en el Centro para trastornos del estado de ánimo del Child Mind Institute. Hay niños que simplemente se abruman por los desafíos de organización y administración del tiempo, el aumento en la presión académica y el hecho de tener que manejar sus vidas de forma independiente: toda una montaña rusa emocional del nuevo universo social.

Y si están lejos de casa, no cuentan con la red de apoyo de costumbre. Esto es particularmente cierto para los jóvenes que de pronto se encuentran por su cuenta en un campus enorme, donde es difícil conocer a sus profesores y encontrar su nicho social.

“A menudo, el resultado de todo esto”, dice Lindsay Macchia, PhD, psicóloga clínica del Child Mind Institute, “es lo que llamamos desregulación emocional, lo que significa que su humor está fuera de los límites. Lo que queremos averiguar es qué habilidades les pueden ayudar a volver a regular y controlar mejor su estado de ánimo, de manera que no se interponga en sus amistades, su rendimiento académico o su vida cotidiana”.

Habilidades de salud mental en la universidad

Entonces, ¿cómo preparamos a nuestros hijos para que se enfrenten a los rigores y desafíos de vida que trae consigo la universidad?

Un método cada vez más popular es la enseñanza de habilidades derivadas de la terapia dialéctico-conductual (DBT). La DBT fue originalmente diseñada para personas adultas con trastorno límite de la personalidad, que experimentan una inestabilidad emocional extrema. Pero las habilidades de la DBT se utilizan cada vez más para tratar casi todo tipo de desregulación emocional.

Si bien la DBT tradicional es un programa intensivo y altamente estructurado, las doctoras Giller y Macchia observan que las habilidades básicas de la DBT se pueden adaptar para preparar desde antes a los estudiantes de nuevo ingreso para lidiar de mejor manera con los desafíos de la universidad.

¿Cómo sería esto? “Casi al final de la high school —explica la Dra. Macchia— los padres pueden modificar la dinámica familiar para animar a sus adolescentes a ser más independientes y practicar sus habilidades de regulación emocional y de resolución de problemas por su cuenta”. Estos son algunos consejos de cómo puedes hacerlo.

No trates de solucionartodos los problemas

Muchos de nosotros nos hemos acostumbrado a salir al rescate a la primera señal de angustia de nuestros hijos.

“Lo primero que los padres deberían hacer es dejar de intentar arreglar las cosas”, dice David Romano, psicoterapeuta y miembro de Active Minds (en inglés), una organización de abogacía que promueve discusiones abiertas sobre salud mental en los campus universitarios para la prevención del suicidio. Romano, quien trata con muchos adolescentes que están entrando a la universidad, dice que lo que los adolescentes necesitan escuchar, especialmente cuando sienten depresión, ansiedad o angustia, es: “Está bien no sentirse bien”. La meta es validar sus emociones, no resolver sus problemas.

Si los padres notan que su hijo siente angustia, la Dra. Giller sugiere responder así:

  • “Veo que realmente estás teniendo problemas en este momento”.
  • “Creo que esto está siendo muy difícil para ti”.
  • “Veo que sientes mucho nerviosismo por el examen de mañana”.

Y luego permite que ellos manejen el problema, sabiendo que te tienen a ti como red de apoyo. “Eso puede construir un puente para que el adolescente pueda empezar a pensar por su cuenta, y utilizar sus propias habilidades para la resolución de problemas, al tiempo que sigue sintiendo que sus padres le escuchan y apoyan”, dice la Dra. Giller.

Practica la atención plena (mindfulness) con tu adolescente

La atención plena, que es la habilidad de estar presente en el momento y sin juzgarte a ti ni a las demás personas, es la base de la DBT. Se trata de aprender a vivir en el momento, y no proyectarse hacia al futuro, lo que implica no juzgar ni tus pensamientos ni tus emociones. Un ejemplo de cómo replantear un pensamiento crítico y reducir la intensidad de las emociones sería: “No me fue tan bien como quería en ese examen”, en lugar de “no sirvo para nada, ya no puedo estar en esta escuela”, explica la Dra. Giller.

A veces la atención plena significa solamente quedarte quieto un momento para darte cuenta de cómo te sientes internamente, notando qué es lo que hay a tu alrededor, e incluso respirando profundamente un par de veces antes de decidir cómo lidiar con una situación complicada.

Ayuda a tu hijo a establecer hábitos de autocuidado

El autocuidado suele ser lo primero que se sacrifica el primer año lejos de casa. El autocuidado implica “asegurarte de cuidar tu cuerpo para promover el mejor estado de ánimo posible”, dice la Dra. Macchia. “Y esto incluye asegurarte de que tu higiene de sueño sea lo más consistente posible, que no te quedes sin dormir toda la noche, que limites tu consumo de drogas y alcohol, que hagas ejercicio de manera regular y mantengas una buena alimentación. Todo esto con la intención de mantener tu estado de ánimo lo más regulado posible”.

El sueño también es una de las primeras cosas que sacrifican los estudiantes universitarios bajo estrés, así que es crucial ayudarles a establecer y practicar buenos hábitos de sueño antes de que dejen la casa. Es importante que los estudiantes que ya están en la universidad entiendan que la privación del sueño no solamente puede reducir su desempeño académico, sino que también puede dificultar que ejerzan el autocontrol, tomen buenas decisiones y regulen su estado de ánimo.

Los hábitos de alimentación también afectan el estado de ánimo: la mayoría de los trastornos alimentarios se desarrollan en la universidad. Esto se debe a que una forma que encuentran los estudiantes que sienten angustia de tener una sensación de control es a través de la restricción de su dieta. Y es un círculo vicioso, porque la restricción alimentaria debilita el juicio y contribuye a la depresión.

“Cuidarte físicamente para cuidar tu salud mental es una clave indispensable para reducir la probabilidad de que las emociones indeseadas surjan en primera instancia, o de que se vuelvan tan intensas que lleguen a ser abrumadoras”, dice la Dra. Giller.

Trabaja en la planeación y el afrontamiento de forma anticipada

Gran parte de la angustia se puede evitar al ayudar a los jóvenes a aprender a planificar las cosas con anticipación. Esto no solamente significa anticipar cómo harán una tarea importante o pensar cuidadosamente acerca de cómo utilizarán su tiempo, sino que también implica prever cómo abordarán las situaciones difíciles en general. Hana, de 17 años, está a punto de ir a la universidad el año que entra. Ha seguido dos rondas de DBT tradicional y cuenta que le han resultado muy útiles para prepararse para su partida de casa y la vida universitaria. Una de las habilidades clave que está usando para prepararse se llama “afrontamiento anticipado”.

“Básicamente se trata de prepararse para manejar emocionalmente una experiencia determinada”, explica. Esto puede incluir practicar qué dirás en diferentes escenarios potencialmente estresantes. ¿A quién llamarías si sintieras depresión? ¿Qué harías si recibieras una mala calificación?

“Por encima de todo, creo que a las personas no les gusta estar desprevenidas”, dice. “Y esta es una manera de imaginarse lo peor que podría pasar, pero al mismo tiempo esperar lo mejor. Me imagino lo peor que podría pasar, que es la razón por la cual estoy afrontando anticipadamente, pero al mismo tiempo, espero lo mejor, así que hay algo de optimismo allí”.

Desarrolla estrategias para calmarte

Incluso con una base sólida en la práctica de las habilidades de manejo del tiempo y de “afrontamiento anticipado”, habrá situaciones en las que tu adolescente sentirá agobio o angustia. Pero, siguiendo las herramientas de la DBT, pueden trabajar en conjunto en un plan para saber qué hacer cuando las emociones difíciles estén amenazando con tomar el mando. “Pueden hacer un plan escrito que incluya analizar las ventajas y desventajas, y pensar en las consecuencias con anticipación”, dice la Dra. Giller. “Luego, pueden tomarle una foto a este plan con el teléfono de tu adolescente, para que lo tenga a la mano cuando anticipe o experimente algo que pudiera ser desafiante”.

La meta es tener una “caja de herramientas” para que, cuando esté muy sensible o sienta mucho estrés, pueda probar estas cosas que le ayuden a sentirse mejor, en lugar de perder el control. “Se trata de tener cosas que realmente puedan utilizar cuando se sientan sobrecargados”, dice la Dra. Giller. Estas cosas pueden ser canciones específicas, salir a correr o cosas que puedan tocar u oler que tengan un efecto relajante.

No es necesario recibir una capacitación formal ni terapia individualizada para establecer buenos hábitos y habilidades de afrontamiento, pero cuando padres e hijos trabajan en conjunto, pueden establecer una buena base de partida para iniciar la universidad. Y, además, tener un buen comienzo antes de que surja una situación complicada con la que lidiar, es siempre una buena idea. Como dice Romano: “Si no utilizas las habilidades, las perderás. Así que se trata de practicarlas los más que se pueda. Se trata de construir y mantener la salud mental”.

La última revisión de este artículo se realizó en 9 de julio de 2025.

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